Así subsisten hoy, cuanto menos, 25 familias en San Miguel de Tucumán. Asentadas en las banquinas de la autopista Capital-Famaillá. Víctimas de la inseguridad, el frío, la insalubridad y los suicidios. A escasas 30 cuadras del centro de la ciudad.
Taperas de plástico para vivir y pasar el invierno
Son cuatro palos para sostener paredes y techos de plástico. Adentro, en cuatro metros cuadrados, los niños (que son muchos) duermen en pedazos de goma espuma. Los mayores, directamente, se acuestan en el piso.
POBREZA EXTREMA. LA GACETA recorrió el asentamiento ubicado a la vera de la autopista. LA GACETA / HECTOR PERALTA